Hoy en día por “conocer” a nuestros consumidores nos metemos (literalmente) hasta su cocina, pero peor aún… ¿Qué pasa cuando habiendo obtenido información (retando las fronteras de la ética) no logramos comprender verdaderamente a esa persona?
Microsoft expone el lado oscuro de una marca “amiga” como Google, y de pasada deja claro que en la red todos somos desconocidos…
¿Querémos conocer a nuestro consumidor, o sólo nos interesa venderle?
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